El sector hotelero está viviendo una transformación silenciosa pero imparable. Los viajeros ya no buscan un «hotel bonito», sino lugares con identidad. Espacios donde el entorno marque la experiencia, donde el lujo sea emocional y donde la autenticidad tenga más peso que el mármol.
En esta nueva forma de viajar, toman protagonismo cuatro modelos muy claros: hoteles en fincas (de caza) , hoteles cercanos al golf, eco-resorts de lujo descalzo y hoteles boutique en edificios históricos. Cuatro caminos distintos, pero unidos por un elemento común: la singularidad.
A continuación os comparto un recorrido por estas tendencias a través de hoteles con los que trabajo y que representan, cada uno a su manera, este nuevo lujo con propósito.
Turismo de caza: tradición, naturaleza y un lujo que se siente
El turismo de caza menor, bien gestionado y respetuoso , atrae a un viajero que busca algo muy concreto: naturaleza auténtica, tradición, buena gastronomía y un servicio discreto que entiende el valor del detalle.
La Caminera Club de Campo, en Castilla La Mancha, ha sabido consolidarse en este segmento. Su finca, sus jornadas de caza, el impresionante cuarto de cazadores, su gastronomía con Estrella Michelin y su entorno silencioso ofrecen una experiencia que une confort, arraigo y excelencia. Allí, el huésped no vive un viaje: vive una tradición.
Este modelo se caracteriza por algo esencial: clientes fieles, que vuelven año tras año y que valoran los hoteles que respetan el territorio y su propia historia.

Golf y hoteles lifestyle: la nueva forma de viajar del golfista moderno
El golf siempre ha atraído a un viajero exigente, pero en los últimos años este perfil ha evolucionado. Ya no basta con tener un buen campo; el golfista quiere también un hotel que acompañe su estilo de vida.
METT Marbella encaja perfectamente en esta tendencia. No es un hotel de golf, es un hotel lifestyle mediterráneo que vibra entre gastronomía, música, beach clubs, playa y bienestar. Su ubicación lo convierte en una base ideal para quienes vienen a jugar en algunos de los campos más emblemáticos de Europa, como Valderrama, La Reserva o Anantara.
Este nuevo modelo demuestra que un hotel no necesita un campo propio para atraer a golfistas: necesita coherencia, ambiente, comodidad y un enfoque claro hacia este viajero tan específico.

Eco-resorts y lujo descalzo: cuando la naturaleza es el verdadero lujo
La búsqueda de lugares donde desconectar de verdad ha impulsado un auge en los eco-resorts y en el llamado lujo descalzo. Son destinos basados en la naturaleza, la sostenibilidad real y las experiencias sensoriales que no se pueden fabricar.
En Holbox ( !si, la isla de moda!) , el lujo se vive de otra manera. Hoteles como My Blue Hotel y Blue Holbox transmiten esa calma natural que hace que el huésped se tome la vida con otro ritmo. Naay Holbox perteneciente a Delek Lineage, mantiene una filosofía de sostenibilidad y autenticidad que lo convierte en uno de los referentes de la isla. Y Tierra del Mar, íntimo y luminoso, resume esa mezcla perfecta de atmósfera natural, confort y sensibilidad estética que define a Holbox.
Tulum, donde se encuentra el Hotel Delek, comparte una esencia similar: el lujo está en la luz, en los materiales naturales, en la playa, en la gastronomía y en esa forma de vivir que invita a bajar revoluciones.
Y más lejos, en plena sabana keniata, aparece Enkopiro Camp, un eco-lodge que lleva esta filosofía a su máxima expresión. Cuatro tiendas, noches alrededor del fuego, vida salvaje y una conexión pura con la tierra.
Enkopiro no ofrece ostentación; ofrece emoción. Es el lujo primitivo y honesto que muchos viajeros buscan sin saberlo.

Hoteles históricos: el nuevo lujo europeo basado en el patrimonio
Mientras el eco-lujo crece, otra tendencia está recuperando fuerza en Europa: el lujo patrimonial. Viajeros que buscan historia, estética y sentido del lugar.
En este contexto destaca Romégas, un palacio del siglo XVI en el corazón de Valletta, Malta. Un edificio protegido, restaurado con sensibilidad durante 5 años y convertido en un hotel boutique que ofrece una experiencia tan íntima como sofisticada. Romégas no compite con el entorno; lo celebra.
Es un ejemplo perfecto de cómo los hoteles históricos están redefiniendo la hospitalidad de lujo desde la elegancia, la cultura y la identidad arquitectónica.

Hoteles que se convierten en destino
Desde la serenidad mediterránea de Cala del Pi, un refugio privilegiado en la Costa Brava, hasta la finca manchega de La Caminera, los eco-resorts de Holbox o el futuro Romégas en Malta, todos comparten una característica:
No dependen del destino. Ellos son el destino.
Son hoteles que crean comunidad, que transforman el viaje y que seducen a un perfil de huésped que busca experiencias con alma.

El futuro del lujo está en la singularidad
Caza, golf, eco-lujo o patrimonio histórico. Todos estos modelos tienen un denominador común:
la capacidad de ofrecer algo que no se puede copiar.
El viajero actual quiere autenticidad, propósito, naturaleza, cultura y bienestar real. Y los hoteles que se atreven a especializarse en su entorno —sin intentar ser todo para todos— están liderando el futuro del lujo.
Este es el nuevo mapa de la hospitalidad: hoteles con alma, hoteles con historia y hoteles que, sobre todo, se sienten.


